Por Erika Yolanda Lagunes Solis
Nadie viene a este mundo por accidente, Dios a cada uno de nosotros nos tenía ya en su plan perfecto.
En este mundo en el que vivimos no todos contamos con padres que nos aman, que cuidan de nosotros, que están ahí en todo momento y en cualquier circunstancia de nuestra vida.
Hay niños que nunca conocerán a sus padres, o alguno de ellos; ya que, fueron abandonados a su suerte o en alguno de los casos al cuidado de algún familiar. Estos son niños que crecen con el sentimiento de que no fueron deseados, que fueron un accidente en la vida de las personas que los trajeron a este mundo. Muchas veces se cuestionan ¿para qué nací?… Nadie me quiere, a nadie le importo. Te tengo una noticia. Si sientes que no perteneces a ningún lugar, te sientes solo, déjame decirte que Dios sabía de ti, te amaba desde antes que nacieras. Él sabía que vendrías a este mundo, porque así lo planeo ¿y sabes? La mejor parte de esto es que tiene un propósito para ti en esta vida. Me dirás ¿tú qué sabes de mí, de lo que siento, de lo que me ha tocado vivir? No sabes nada de mi vida. Y tienes toda la razón, yo no sé absolutamente nada de ti, pero lo que sí sé, es que estás en este mundo porque Dios lo permitió y no dejó que nadie te robara el regalo más valioso: la vida.
Él sólo te está pidiendo que le creas, le permitas que te muestre cuál es su propósito en ti y así tú encontrarás el sentido de tu vida y verás que no eres un accidente, eres un hijo, hija de Dios, y por lo cual estas destinado a lograr grandes cosas en la vida, si le permites a Él entrar en la tuya.
Empieza por creer y aceptar que tú no fuiste un accidente, no. Ellos fueron los padres por accidente, jóvenes irresponsables, queriendo vivir tan aprisa, disfrutando de excesos sin importar las consecuencias de sus actos. Ahí es donde apareces tú, un hermoso ser, que Dios permite crecer en el vientre de la mujer porque sabe de ti, tiene sus esperanzas puestas en ti, en que tú serás diferente a las personas que te concibieron.
He comprendido que nuestros padres no nos escogieron a nosotros, Dios nos eligió a cada uno para llegar a la vida de ellos, en el momento justo y para una razón. En su plan perfecto Dios sabía que nuestras vidas serían de gran bendición para ellos, claro, pero Él es permisivo y les da la opción de elegir si quieren ser padres, no de ti y, cual sea la decisión que tomen vivirán con ella por el resto de sus días, pero ellos, no tú.
Cada día vemos que las estadísticas arrojan que hay más embarazos en adolescentes, las edades oscilan entre los 15 – 19 años; es un problema que está creciendo de manera desmedida, la cual lleva a deserción escolar, abortos clandestinos que en algunos de los casos termina con la muerte de la mujer, matrimonio por compromiso, madres solteras, adopción; por mencionar algunas de las consecuencias.
Que debemos hacer nosotros cómo padres, maestros, sociedad en general para que no haya más padres por accidente. Tener más comunicación con los adolescentes, brindar y realizar campañas sobre educación sexual. Así mismo que los medios de comunicación abordarán de una manera más responsable los temas que se muestran en los programas para jóvenes, ya que el día de hoy tocan el tema de la sexualidad sin importar los valores inculcados en el seno familiar.