Por: FERNANDO F. CANCELA
Lo que expreso, es sin ningún afán de presumir. Para cuando usted lea este artículo apreciado lector, estaremos en el 7° día de ayuno. No es total, solo es parcial, sin embargo, creo que no hay mejor manera de arrancar este año 2015 que a través de ayuno y oración.
Le explico. En las primeras horas del pasado lunes 12 del presente mes y año, quienes formamos parte de la Primera Iglesia Bautista de Xalapa (PIB Xalapa) que dirige el Pastor Armando Díaz Salazar, iniciamos la Jornada “21 Días de Ayuno y Oración”, esta acción la realizamos simultáneamente con otras iglesias cristianas como lo son, Amistad de Xalapa y Esmirna de Coatepec, quienes también estarán participando.
Hay mucha emoción en el ambiente pues no tan solo iglesias de Xalapa se encontraran en la jornada, sino que estaremos sincronizados con iglesias cristianas de todo el estado de Veracruz, el País y el Continente americano. Dicha jornada terminará el domingo 1° de febrero.
Pero… ¿en qué consiste la jornada? Le expondré el tema brevemente por si desea seguirnos, no importa a que iglesia pertenezca. Luego le comentaré sobre los múltiples beneficios. Cenará bien el día en que se encuentre, posteriormente dedique unos minutos de oración a Dios y a dormir. Al día siguiente no desayune hasta la comida que será a las 3 de la tarde, es decir, que de 3 comidas que normalmente hacemos en el día, se traducirán en 2. Y como decía en la Escuela Secundaria Federal 1 mi maestro de matemáticas de primero y tercero, Roberto Soto… Si y solo siiiii… podremos tomar agua. A partir del primer día de ayuno, comience a contar 21 días.
El ayuno tiene un propósito fundamental, concentrarnos y conectarnos en oración con Dios. En ese sentido, haremos una lista y oraremos por nuestras necesidades personales, así mismo oraremos por la familia, por nuestra iglesia, sus ministerios, el proyecto de año nuevo, nuestros grupos familiares, por las necesidades de la ciudadanía, por Xalapa, Veracruz y México; por nuestros gobiernos municipal, estatal y federal. Es decir, tendremos un programa para orar. Sabe una cosa apreciado lector, la gente no oramos a Dios, y por eso, la situación está como está en nuestro país y en el mundo entero.
¿Cuál es el ayuno más largo que usted ha realizado? Expresarle que al final de un sondeo, Díaz Salazar se dio cuenta con tristeza que a pesar de que sabemos que el ayuno purifica nuestra sangre, elimina toxinas y es una forma sencilla de bajar de peso, entre otros beneficios, no ayunamos. Nos dimos cuenta junto con el pastor Armando que el ayuno no es una práctica de las iglesias cristianas, y la pregunta es, ¿debe ser el ayuno una práctica común de las iglesias cristianas? La respuesta es sí.
Es una incongruencia que si nos decimos personas de fe y creemos todo lo que dice la Biblia, hemos estado viviendo como si lo que dice Mateo en su capítulo 6 y versículos del 16 al 18, no existiera. Vivimos de tal manera como si ese texto no estuviera en la Biblia, pues no practicamos el ayuno. A excepción de las iglesias pentecostales, la gran mayoría de las iglesias cristianas evangélicas, ni siquiera nos damos por enterados que existe la práctica cristiana del ayuno. ¿Por qué?, si esto debería ser para nosotros una situación verdaderamente importante.
Pero veamos lo que dice Mateo 6:16-18, que son palabras reales de Jesús y dice: “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
Como ve apreciado lector, este texto es muy profundo pues dice muchísimas cosas, sin embargo, con relación a estos versículos, ¿qué espera Jesús que hagamos respecto del ayuno? Si leemos bien, Jesús da como un hecho que sus seguidores debemos ayunar, pues él dice: “cuando ayunéis”. No dice en ningún momento, ayuna de vez en cuando, o si alguna vez llegaras a ayunar; o has una monodieta, no, Jesús espera que el ayuno lo pongamos en práctica… es una orden, una instrucción y si tiene fe, lo tiene que realizar.
Por lo tanto, el ayuno es, y será siempre, una práctica cristiana. Esto lo mencionó Jesús en su más famoso discurso conocido como el Sermón del Monte, que es la quintaesencia de su enseñanza.
Pero debo decirle que el ayuno es algo muy íntimo, no debe ser usado para presumir, pues algunos y algunas vanidosos (sas), usan el ayuno para presumir. Alguien nos dice: “¿quieres una gordita de frijol?”, y decimos, con cara de sufrido: no, no puedo… es que estoy ayunando, y eso es presuntuoso, por lo que sí estás ayunando, lo que dice el texto es que no debes presumir. De tu ayuno que nadie se entere y nuestro Padre que ve en lo secreto nos recompensará en público, por lo tanto, ¿tiene recompensa el ayuno? La respuesta es, sí.
¿Por qué pues, muchos cristianos no ayunan? ¿Por qué vivimos como si Mateo 6:16-18 no existiera? Existen 2 razones poderosas; los cristianos evangélicos piensan que Jesucristo suprimió el ayuno. Ciertamente Jesucristo derogó muchas cosas del Antiguo Testamento. Por ejemplo, ya no celebremos los sacrificios de los corderos pues Jesús es el cordero de Dios, ya no se pintan las puertas con sangre, entre otras más. Pero en cuanto al ayuno Jesucristo no lo derogó. En Mateo 6:16-18 Él esperaba y espera que lo practiquemos.
La segunda razón por la que los cristianos evangélicos no practicamos el ayuno es porque el ayuno huele a católico romano. Y los cristianos rechazamos todo lo que huele a católico aunque sean prácticas bíblicas y buenas. El Padrenuestro es el ejemplo más claro y contundente. No oramos ni repetimos el Padrenuestro porque, aunque es una oración bíblica, es algo que hacen los católicos. De esta manera nos perdemos algo que es bueno. Pero, una práctica que es buena y bíblica no debemos desecharla por el solo hecho de que los católicos la practiquen también, porque así, nos perdemos de una tremenda bendición. Por lo tanto, debemos practicar el ayuno. .
Por lo tanto, Jesús no suprimió el ayuno. En Mateo 9:14-15 y Lucas 5:33-35 Jesús les explica a los discípulos de Juan y a los fariseos que en ese momento, su presencia era motivo de fiesta, y por eso sus discípulos no podían ayunar, pero que más adelante, cuando él fuera quitado de ellos, tendrían que ayunar, por lo tanto nosotros los cristianos evangélicos también.
Nosotros nos quedamos con la idea de que como los apóstoles no ayunaban, nosotros tampoco. Jesús dijo que cuando fuera quitado, entonces ayunarían, y eso fue lo que pasó. Pablo ayunó, Pedro Ayunó, todos los apóstoles y cristianos de la iglesia primitiva ayunaron, no dejaron de practicar el ayuno, en tal virtud, no podemos concluir que el ayuno fuera derogado por Jesús.
¿Cuál es el propósito del ayuno? Le expondré primero lo que no es, porque hay mucha confusión en relación a esto. El ayuno no es torcerle la mano a Dios, es decir, obligarlo a que él nos vea y entonces nos dé lo que deseamos, o que cumpla nuestros caprichos, no. Porque estamos enfermos y pensamos, si ayuno, entonces él me va a sanar, no, si eso es lo que pensamos Dios no nos va a sanar. Dios no es un Dios cruel o impasible. Imaginemos que tenemos un Dios duro, de piedra y para que nos llegue a responder, tenemos que sacrificarnos, no, Dios no es así, ni actúa así.
Muchas veces pensamos: Estoy ayunando y entonces Dios me tiene que dar lo que le pido. Como si el ayuno fuera una manera de conmover a Dios, de obligarlo a darnos lo que pedimos. Cuidado con pensar de esa manera, porque lo que estoy diciendo es que Dios necesita que haga algo, que me sacrifique para que él sea conmovido, sin embargo, para conmover a Dios, no tiene que tomar un látigo y golpearse en la espalda y cuando Dios vea la sangre entonces diga, a ahora si le daré lo que me pide. Luego entonces, debo decirle que el ayuno no cambia en nada a Dios, porque él es un Dios bueno, el ayuno me cambia a mí y a usted a concentrarnos en él, no a Dios.
El ayuno no obliga a Dios a nada; no ayunamos para conmover a Dios, no ayunamos para poner a Dios contra la espada y la pared. El Ayuno es una actividad en la que el único beneficiado es usted. Dios es el mismo con su ayuno o sin su ayuno, es decir, Dios no le dará más porque ayune, ni le dará menos porque no ayune. Pero sabe una cosa apreciado lector, Dios, es un Dios es bueno, su palabra dice que él nos ama. No lo olvide.