Hoy estamos iniciando una nueva serie a la que hemos llamado “Recuperando la salud”. Todos quisiéramos tener salud integral. No solo salud física, sino salud en todas las áreas de nuestra vida. Salud emocional, salud relacional, salud financiera, salud espiritual, etc. ¿Cómo podemos recuperar esta clase de salud?

El primer paso para recuperar mi salud integral es admitir mi realidad, dejar de vivir en la negación, dejar de jugar a ser Dios. Admitir que soy incapaz de controlar mi tendencia a hacer lo malo y que no puedo controlar todo en mí vida. Este es el paso de la realidad. ¿Cuál es el segundo? El segundo paso es el paso de la esperanza. El Paso 2 dice: “Hay una buena noticia de que existe un Poder Superior al que me puedo conectar para controlar las cosas que no puedo dominar por mí mismo”.

¿Qué sucedería si le entregaras el control de tus decisiones y tus acciones a un experto? ¿Crees que tu vida podría mejorar considerablemente?… De esto trata el tercer paso. Si seguimos controlando nuestra vida no habrá salud integral. Hay que entregarle el control a un experto que nunca puede equivocarse. Veamos qué es esto y cómo se puede hacer.

Cuando tomas la decisión de entregar el control de tu vida a Cristo, Dios establece una cabeza de playa en tu vida. Pero eso no es todo lo que Dios quiere. Él quiere conquistar toda la isla. La siguiente área que Dios quiere conquistar es tu pasado. Porque el pasado nos atormenta y aterra. Nos hace vivir con culpa todo el tiempo. Y esto nos hace la vida miserable y nos enferma. ¿Se puede limpiar el pasado? ¿Cómo?

Todos tenemos defectos de carácter. No somos perfectos. La hermosa personalidad que Dios planeó para nosotros se ha venido deformando desde que somos niños y ahora nuestra vida está llena de terribles defectos de nuestro carácter… algunos de esos defectos de carácter son: La ira, somos explosivos, tenemos un carácter muy irascible; la mentira: Somos muy mentirosos, la pereza, somos muy perezosos, no nos gusta trabajar, ni estudiar… la gula: Somos muy… luego, algunos de estos defectos de carácter se vuelven malos hábitos…